No son dos pastorcillos volatilizados, sino un par de disfraces, de pastor el uno, de pastora el otro, siendo que la Navidad de 2009 ya estaba encima. Es el escaparate de una de esas gigantescas tiendas de chinos, que son a la Navidad lo que el agua al aceite, pero el negocio es el negocio. Claro.
Fotografía tomada el 7 de diciembre de 2009 a 20:48h.
No hay comentarios:
Publicar un comentario